Juan Bosco
Caracterizado por su especial preocupación hacia los jóvenes, le valieron el respeto de las autoridades civiles y religiosas de su tiempo y de su país, así como una notable fama en el extranjero. Sus obras fueron requeridas directamente por jefes de estado y autoridades eclesiásticas de países como Ecuador,[2] España, Honduras, Francia, Inglaterra, Polonia, Palestina, Panamá,[3] Argentina, Brasil, Uruguay, Chile y Colombia[4] entre muchas otras. Si bien no pudo responder positivamente a las numerosas peticiones durante su vida, estas serían cumplidas más allá de lo esperado después de su muerte. Fue un visionario de su tiempo al punto de predecir acontecimientos que se darían a lo largo del siglo XX en lo referente a sus salesianos, a la Iglesia Católica y al mundo en general. Juan Bosco, conocido mundialmente como Don Bosco, fue declarado Santo por el Papa Pío XI el 1 de abril de 1934, a tan sólo 46 años después de su muerte en 1888 y le fue dado el título de "Padre, Maestro y Amigo de los Jóvenes por el Papa Juan Pablo II. Poblaciones, provincias, parques, calles, teatros, museos, universidades y sobre todo colegios llevan su nombre. La Familia Salesiana es uno de los grupos católicos más numerosos del mundo y existen obras de Don Bosco en 130 naciones.
Infancia
Juan era hijo de Francisco Luis Bosco (1780-1817) y Margarita Occhiena (1788-1856), campesinos de Castelnuovo de Asti (Piamonte) que tenían una casa en I Becchi, una vereda a 32 kilómetros de Turín.[10]Francisco Luis había sido viudo y tenía un hijo, Antonio Bosco, antes de su segundo matrimonio con Margarita. Una hija de su primer matrimonio, Teresa, había muerto en su infancia. Margarita Occhiena tuvo dos hijos con Francisco: el primero fue José (1813 - 1862) y el segundo Juan Melchor. En la casa vivía también la madre de Francisco Luis cuyo nombre era también Margarita.
Los Bosco de I Becchi eran en realidad una familia del campo que sobrevivían como peones de los Biglione. El 11 de mayo de 1817, cuando Juan tenía 21 meses de edad, Francisco falleció a causa de una pulmonía. La responsabilidad de la familia quedó en manos de su madre, Margarita.
El sueño de los nueve años
En 1825 Juan viviría una experiencia bastante curiosa que marcaría su vida y que ha sido registrada como "el sueño de los nueve años". Él mismo abriría la vida de Juan a un aspecto bastante estudiado en la vida de Don Bosco: sus sueños premonitorios. En particular este primer sueño ha sido señalado como la descripción de lo que sería su misión entre los jóvenes más necesitados. Don Bosco mismo describió dicho sueño:(...) Cuando tenía nueve años, tuve un sueño... ¡Este sueño me acompañó a lo largo de toda mi vida! Me pareció estar en un lugar cerca de mi casa, era como un gran patio de juego de la escuela. Había muchos muchachos, algunos de ellos decían malas palabras, Yo me lancé hacia ellos golpeándoles con mis puños. Fue entonces cuando apareció un Personaje que me dijo: “No con puños, sino con amabilidad vencerás a estos muchachos” Yo tenía sólo nueve años. ¿Quién me estaba pidiendo a hacer algo imposible? Él me respondió: “Yo soy el Hijo de Aquella a quien tu madre te enseñó a saludar tres veces al día. Mi Nombre pregúntaselo a mi Madre.” De repente apareció una Mujer de majestuosa presencia. Yo estaba confundido. Ella me llevó hacia ella y me cogió de la mano. Me di cuenta que todos los niños habían desaparecido y en su lugar vi todo tipo de animales: perros, gatos, osos, lobos... Ella me dijo: “Hazte humilde, fuerte y robusto… y lo que tu ves que sucede a estos animales , tu lo tendrás que hacer con mis hijos.” Miré alrededor y vi que los animales salvajes se habían convertido en mansos corderos ... Yo no entendí nada… y pregunté a la Señora que me lo explicara... Ella me dijo: "A su tiempo lo comprenderás todo".[11]
Los sueños marcarían la vida de Don Bosco y los mismos han sido motivo de extensos estudios ya desde su tiempo. Pero en especial este sueño ha sido como el derrotero de su apostolado, pese a que Juan no lo entendió muy bien y tuvo diferentes interpretaciones en el seno de su familia. Sería sólo hasta 1846 cuando el padre Cafasso le aconsejaría darle crédito a sus sueños como parte de un plan divino en beneficio de las almas.[12]Especialmente la frase "no con puños, sino con amabilidad vencerás a estos muchachos" será la base del futuro sistema preventivo de Don Bosco y su inspiración en la espiritualidad salesiana.
Primeros estudios
El deseo de estudiar y salir adelante son características en la vida de Juan durante este período. Para luchar por la realización de sus sueños, tendría que enfrentarse a los obstáculos que provenían de la situación de pobreza de su familia y de la oposición de su hermano Antonio que lo prefería en las faenas del campo. Ni Antonio ni José irían a la escuela. Juan en cambio sí lo hará gracias a la tenacidad de su personalidad y a la ayuda de su madre.
En 1828 deja I Becchi y va a trabajar como pastor a casa de los Moglia en Moncucco, distante ocho kilómetros. Desde su niñez, Juan demuestra un espíritu de liderazgo y las características del que sería su apostolado entre los jóvenes al reunir niños y jóvenes en los ratos libres y entretenerlos con actos de malabarismo y anécdotas con mensajes formativos. También comienza en ese tiempo a insistir en la idea del sacerdocio, hecho este que demostraría con una gran devoción y asistencia sacramental.
En noviembre de 1829 Juan se encontraría con un anciano sacerdote, Melchor Calosso, quien admiraría en el joven su inteligencia y devoción y le prometería ver por sus estudios, pero murió el 21 de noviembre de 1830. Con la perspectiva del matrimonio de su hermano Antonio, Margarita divide la propiedad y deja la casa de I Becchi a su hijastro mientras ella va a vivir con José a Sussambrino. Este acontecimiento posibilita que Juan pueda asistir por fin a la escuela en Castelnuovo, lo que hizo que el muchacho tuviera que caminar cinco kilómetros cuatro veces por día.
El 4 de noviembre de 1831 comienza sus estudios secundarios en Chieri, a 12 kilómetros de Castelnuovo de Asti y para pagar las 12 liras mensuales, Juan recorre las aldeas pidiendo ayudas, sin embargo, su memoria prodigiosa y su dedicación al estudio, bien lo hacen centro de aprecio en la región. Al realizar diversos trabajos para pagarse sus estudios, Juan aprende pastelería, sastrería, ferretería, zapatería y muchos otros oficios que después le servirían para sus muchachos. Se convierte además en maestro del teatro, música, prestidigitación y funda un movimiento juvenil al que llama "La Sociedad de la Alegría". Es promovido varias veces en el colegio y es sin duda el mejor estudiante.
Formación sacerdotal
Preocupado por sus escasos recursos económicos que le imposibilitaban seguir la formación sacerdotal, Juan decide ingresar a los franciscanos el 18 de abril de 1834. Su decisión cambió radicalmente debido a un sueño en donde veía frailes que lo desaconsejaban de ello. Con la orientación del padre José Cafasso y la ayuda del padre Cinzano, Juan ingresó al Seminario Diocesano de Chieri el 30 de octubre de 1835, tenía 20 años.En el siglo XIX, la Iglesia Católica europea estuvo fuertemente influenciada por un movimiento espiritual y teológico conocido como el Jansenismo fundado en el siglo XVII por el obispo Cornelio Jansen (1585 - 1638) y que creó un fuerte rigorismo moral basado en una interpretación literal de los textos de Agustín de Hipona. La ascética era la base de su espiritualidad que los alejaba de los sacramentos, especialmente de la Eucaristía mientras promulgaban por un rigorismo moral extremo. Cuando Juan ingresó al Seminario de Chieri, esta posición teológica estaba en su apogeo en el Piamonte y al mismo tiempo era objeto de combate por notables personajes como el padre Cafasso, quien fue confesor de Don Bosco y por parte de los jesuitas, los que lograron que la Iglesia condenara dicha tendencia teológica.
Si bien el joven Juan Bosco sufrió el rigor del jansenismo en su formación sacerdotal en Chieri al someterse él mismo a penitencias extremas, ascetismo, la abstención al deporte y la elección limitada de amigos, la búsqueda diaria de la comunión desaconsejada por dicha corriente (sacrificaba el desayuno por ir a comulgar a la Iglesia de San Felipe) es una muestra de que el joven entendía el problema de la Gracia de manera diferente. Ello quedaría totalmente demostrado al final de su formación cuando entre sus propósitos escoge a San Francisco de Sales como modelo de amabilidad. El Santo Obispo de Annecy, con la teología espiritual salesiana, fue una de las más destacadas respuestas al rigorismo jansenista y sería uno de los pilares fundamentales del apostolado de Don Bosco al punto de darle su nombre a la Congregación que fundaría posteriormente en favor de los jóvenes. Uno de los momentos más destacados de la vida de Juan en el Seminario fue su amistad con Luis Comollo quien murió prematuramente en 1839 y del cual Don Bosco escribiría un recuento de su corta vida.
De esta manera el joven seminarista Bosco de Asti fue ordenado sacerdote el 5 de junio de 1841 por Monseñor Franzoni, arzobispo de Turín, en la capilla privada arzobispal. Celebró su primera Eucaristía en la Iglesia de San Francisco de Asís en Turín, ante el altar del Ángel de la Guardia.
Los sueños de Don Bosco
Varios autores se han dedicado a estudiar los sueños de Don Bosco como Pietro Stella[23] y Michael Mendl,[24] entre muchos otros. En principio, Don Bosco no fue amigo de hacer de ellos un hecho espectacular y, como se verá adelante, sus recuentos tendrán ante todo un objetivo pedagógico.Al narrar a sus muchachos sus sueños, Don Bosco les decía sólo aquello que era mejor para ellos, ya que esta era la intención de Aquel quien le daba esas misteriosas revelaciones[25]
Dice al respecto Mendl:Utilizar los sueños para estudiar la psique de Don Bosco tiene sus propios riesgos, como Stella previene.[26] Ciertamento los textos de las Memorias Biográficas fueron redactadas por Lemoyne y otros. Pero incluso los documentos detrás de los textos de las Memorias "reflejan diferentes preocupaciones de Don Bosco: algunas veces los estados de la mente de un hombre que habla a una comunidad de jóvenes; algunas veces el estado de la mente de un hombre que escribe para gente que lo va a leer después.[27] " Sin duda, "la interacción entre de elementos religiosos y éticos en los sueños de Don Bosco tienen que expresar el tipo de fenómenos que suceden en gente de profundas y operativas convicciones cristianas.[28]
Don Bosco recontaba sus sueños a los muchachos siempre con el ánimo de dejar una enseñanza o de prevenir algún tipo de peligro. Con el correr del tiempo él mismo puso varios por escrito. Stella intenta una clasificicación de los sueños de Don Bosco:[29]- Sueños que se referían a la propia persona de Don Bosco y su misión, como el sueño de los nueve años. En este tipo de sueños Don Bosco hizo no pocas premoniciones de muertes y todos ellos tenían que ver con sus muchachos y salesianos tanto aquellos que tenía cerca en Turín, como los sueños misioneros en países extranjeros.
- El segundo tipo de sueños según la clasificación de Stella es aquellos que tenían que ver con eventos políticos o religiosos entre los que destaca el "gran funeral en la corte real" de 1854.
Muerte
El 31 de enero de 1888 a las 4:45, murió el apóstol de los jóvenes.[30] Tenía 72 años, 5 meses y 14 días de edad y había dado todo de sí para dejar una obra sólida para sus pobres muchachos. Su cuerpo permaneció en la Basílica de María Auxiliadora y después fue sepultado el 6 de febrero en la casa salesiana de Valsalice, pero sus restos serían posteriormente trasladados a la Basílica en donde permanecen en la actualidad.Testamento espiritual
Como hombre práctico, Don Bosco dejó su Testamento Espiritual como un mensaje visionario hacia el futuro de los salesianos y sus jóvenes.Mis queridos y amados hijos en Jesucristo: antes de partir para mi eternidad, debo cumplir con vosotros algunos deberes y satisfacer así un vivo deseo de mi corazón. Ante todo, os agradezco con el más vivo afecto de mi corazón la obediencia que me habéis prestado y cuanto habéis trabajado para sostener y propagar nuestra Congregación (...)[33]
Don Bosco dice que "en lugar de llorar" por su muerte, sus hijos deben hacer firmes propósitos de "permanecer seguros en la vocación hasta la muerte", del trabajo constante, el buen ejemplo para los alumnos y la práctica del sistema preventivo. Es de destacar que Don Bosco no recomienda penitencias y mortificaciones especiales y dice:Cada uno, en lugar de hacer observaciones sobre lo que hacen los otros, esfuércese en cumplir con el mayor esmero posible las responsabilidades que le han sido confiadas[34]
Por último Don Bosco advierte que "cuando comience entre nosotros el bienestar y las comodidades" la sociedad salesiana "ha terminado su misión"[35] y "no olvidéis que nosotros estamos para los niños pobres y abandonados".
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