Himno de Iglesia Joven

"Somos la voz, que va gritando en el desierto, somos camino arreglado para Tí, somos Tu Iglesia, y, Tu Nuestro Señor". Hoy queremos, cantarte nuestro amor!

Yo se que soy un joven y comienzo andar la vida quisiera en este mundo tantas cosas construir, pero tu señor, me dices que tu amor, es instrumento que tu guardas para mi...

TU IGLESIA SOY, Y ESTAMOS UNIDOS PARA TI, TU VOZ SEÑOR, TU GRITO, MI GRITO DE AMOR.

"Somos Tu Palabra hecha Hombre, y caminam
os, por un mundo, que siembra su dolor. Queremos nuestra luces, unirlas para Tí, un millón de luces para Tí".

TU IGLESIA SOY, TU EVANGELIO QUEREMOS AL FIN LLEVAR, TU VOZ SEÑOR, TU GRITO, MI GRITO DE AMOR.
TU GRITO, MI GRITO DE AMOR

viernes, 3 de febrero de 2012

Olimpiadas de Don Bosco Ricaldone

Este domingo 5 se van a celebrar las: "Olimpiadas Don Bosco"
Se van a hacer muchas actividades deportivas
como:
-Fútbol
-Basket ball
-Voleibol
-Y muchas mas...

Como integrante de Xsia Joven Te invitamos a que participes en una

Feliz día :)

martes, 16 de agosto de 2011

Cumpleaños de DON BOSCO

Hoy es el cumpleaños de nuestro Padre DON BOSCO!...

Padre y maestro de la juventud, San Juan Bosco, que, dócil a los dones del Espiritu abierto a las realidades de tu tiempo fuiste para ls jovenes, sobre todo para los mas pobres, signo del amor de la predileccion de Dios.

Se nuestro guia en el camino de amistad con el señor Jesús, de modo qe descubramos en El y en su Evangelio el sentido de nuestra  vida en la fuente de la verdadera Felicidad.

Ayudanos a responder con generosidad a la vocacion que hemos recibido de Dios, para ser en la vida cotidiana constructores de comunion, y colaborar con etusiasmo, con toda la Iglesia, en la edificacion de la civilizacion del amor.

Danos la gracia de la perseverancia al vivir un alto nivel de vida cristiana, según el espiritu de las bienaventuranzas;y haz que, guiados por Maria Auxiliadora, podamos encontrarnos un dia contigo en la gran familia del cielo.

Amén.

IMNABURACION: Templo Ricaldone

Este Martes 16  de agosto ..
imnaburaron el Templo del ricaldone de nuevo..
al parecer estaban reparando el techo del templo..
la reunion es a las 5:00 PM en el templo para la misa de todos los de Xsia Joven...

Si NO ERES PARTE IGLESIA JOVEN...
que esperas para unirte??

lunes, 9 de mayo de 2011

Juan Bosco

 
Juan Bosco
Donbosco.jpgJuan Melchor Bosco Occhiena o Don Bosco (en italiano Giovanni Melchiorre Bosco Occhiena) (* I Becchi, 16 de agosto de 1815 - Turín, 31 de enero de 1888) fue un sacerdote católico, educador y escritor italiano del siglo XIX. Fundó la Congregación Salesiana, el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora, la Asociación de Salesianos Cooperadores, el Boletín Salesiano y el Oratorio Salesiano. Promovió la Asociación de Exalumnos Salesianos, el desarrollo de un moderno sistema pedagógico conocido como Sistema Preventivo para la formación de los niños y jóvenes y promovió la construcción de obras educativas al servicio de la juventud más necesitada, especialmente en Europa y América Latina. Fue uno de los sacerdotes más cercanos al pontificado de Pío IX y al mismo tiempo logró mantener la unidad de la Iglesia durante los duros años de la consolidación del Estado Italiano y los enfrentamientos entre éste y el Papa que ocasionó la pérdida de los llamados Estados Pontificios y el nacimiento de la Reino de Italia 1870-1946. Fue autor de numerosas obras, todas dirigidas a la educación juvenil y a la defensa de la fe católica, lo que lo destaca como uno de los principales promotores de la imprenta de su siglo.[1]
Caracterizado por su especial preocupación hacia los jóvenes, le valieron el respeto de las autoridades civiles y religiosas de su tiempo y de su país, así como una notable fama en el extranjero. Sus obras fueron requeridas directamente por jefes de estado y autoridades eclesiásticas de países como Ecuador,[2] España, Honduras, Francia, Inglaterra, Polonia, Palestina, Panamá,[3] Argentina, Brasil, Uruguay, Chile y Colombia[4] entre muchas otras. Si bien no pudo responder positivamente a las numerosas peticiones durante su vida, estas serían cumplidas más allá de lo esperado después de su muerte. Fue un visionario de su tiempo al punto de predecir acontecimientos que se darían a lo largo del siglo XX en lo referente a sus salesianos, a la Iglesia Católica y al mundo en general. Juan Bosco, conocido mundialmente como Don Bosco, fue declarado Santo por el Papa Pío XI el 1 de abril de 1934, a tan sólo 46 años después de su muerte en 1888 y le fue dado el título de "Padre, Maestro y Amigo de los Jóvenes  por el Papa Juan Pablo II. Poblaciones, provincias, parques, calles, teatros, museos, universidades y sobre todo colegios llevan su nombre. La Familia Salesiana es uno de los grupos católicos más numerosos del mundo y existen obras de Don Bosco en 130 naciones.

Infancia

Juan era hijo de Francisco Luis Bosco (1780-1817) y Margarita Occhiena (1788-1856), campesinos de Castelnuovo de Asti (Piamonte) que tenían una casa en I Becchi, una vereda a 32 kilómetros de Turín.[10]
Francisco Luis había sido viudo y tenía un hijo, Antonio Bosco, antes de su segundo matrimonio con Margarita. Una hija de su primer matrimonio, Teresa, había muerto en su infancia. Margarita Occhiena tuvo dos hijos con Francisco: el primero fue José (1813 - 1862) y el segundo Juan Melchor. En la casa vivía también la madre de Francisco Luis cuyo nombre era también Margarita.
Los Bosco de I Becchi eran en realidad una familia del campo que sobrevivían como peones de los Biglione. El 11 de mayo de 1817, cuando Juan tenía 21 meses de edad, Francisco falleció a causa de una pulmonía. La responsabilidad de la familia quedó en manos de su madre, Margarita.

El sueño de los nueve años

En 1825 Juan viviría una experiencia bastante curiosa que marcaría su vida y que ha sido registrada como "el sueño de los nueve años". Él mismo abriría la vida de Juan a un aspecto bastante estudiado en la vida de Don Bosco: sus sueños premonitorios. En particular este primer sueño ha sido señalado como la descripción de lo que sería su misión entre los jóvenes más necesitados. Don Bosco mismo describió dicho sueño:
(...) Cuando tenía nueve años, tuve un sueño... ¡Este sueño me acompañó a lo largo de toda mi vida! Me pareció estar en un lugar cerca de mi casa, era como un gran patio de juego de la escuela. Había muchos muchachos, algunos de ellos decían malas palabras, Yo me lancé hacia ellos golpeándoles con mis puños. Fue entonces cuando apareció un Personaje que me dijo: “No con puños, sino con amabilidad vencerás a estos muchachos” Yo tenía sólo nueve años. ¿Quién me estaba pidiendo a hacer algo imposible? Él me respondió: “Yo soy el Hijo de Aquella a quien tu madre te enseñó a saludar tres veces al día. Mi Nombre pregúntaselo a mi Madre.” De repente apareció una Mujer de majestuosa presencia. Yo estaba confundido. Ella me llevó hacia ella y me cogió de la mano. Me di cuenta que todos los niños habían desaparecido y en su lugar vi todo tipo de animales: perros, gatos, osos, lobos... Ella me dijo: “Hazte humilde, fuerte y robusto… y lo que tu ves que sucede a estos animales , tu lo tendrás que hacer con mis hijos.” Miré alrededor y vi que los animales salvajes se habían convertido en mansos corderos ... Yo no entendí nada… y pregunté a la Señora que me lo explicara... Ella me dijo: "A su tiempo lo comprenderás todo".[11]
Los sueños marcarían la vida de Don Bosco y los mismos han sido motivo de extensos estudios ya desde su tiempo. Pero en especial este sueño ha sido como el derrotero de su apostolado, pese a que Juan no lo entendió muy bien y tuvo diferentes interpretaciones en el seno de su familia. Sería sólo hasta 1846 cuando el padre Cafasso le aconsejaría darle crédito a sus sueños como parte de un plan divino en beneficio de las almas.[12]
Especialmente la frase "no con puños, sino con amabilidad vencerás a estos muchachos" será la base del futuro sistema preventivo de Don Bosco y su inspiración en la espiritualidad salesiana.

 

Primeros estudios


El deseo de estudiar y salir adelante son características en la vida de Juan durante este período. Para luchar por la realización de sus sueños, tendría que enfrentarse a los obstáculos que provenían de la situación de pobreza de su familia y de la oposición de su hermano Antonio que lo prefería en las faenas del campo. Ni Antonio ni José irían a la escuela. Juan en cambio sí lo hará gracias a la tenacidad de su personalidad y a la ayuda de su madre.
En 1828 deja I Becchi y va a trabajar como pastor a casa de los Moglia en Moncucco, distante ocho kilómetros. Desde su niñez, Juan demuestra un espíritu de liderazgo y las características del que sería su apostolado entre los jóvenes al reunir niños y jóvenes en los ratos libres y entretenerlos con actos de malabarismo y anécdotas con mensajes formativos. También comienza en ese tiempo a insistir en la idea del sacerdocio, hecho este que demostraría con una gran devoción y asistencia sacramental.
En noviembre de 1829 Juan se encontraría con un anciano sacerdote, Melchor Calosso, quien admiraría en el joven su inteligencia y devoción y le prometería ver por sus estudios, pero murió el 21 de noviembre de 1830. Con la perspectiva del matrimonio de su hermano Antonio, Margarita divide la propiedad y deja la casa de I Becchi a su hijastro mientras ella va a vivir con José a Sussambrino. Este acontecimiento posibilita que Juan pueda asistir por fin a la escuela en Castelnuovo, lo que hizo que el muchacho tuviera que caminar cinco kilómetros cuatro veces por día.
El 4 de noviembre de 1831 comienza sus estudios secundarios en Chieri, a 12 kilómetros de Castelnuovo de Asti y para pagar las 12 liras mensuales, Juan recorre las aldeas pidiendo ayudas, sin embargo, su memoria prodigiosa y su dedicación al estudio, bien lo hacen centro de aprecio en la región. Al realizar diversos trabajos para pagarse sus estudios, Juan aprende pastelería, sastrería, ferretería, zapatería y muchos otros oficios que después le servirían para sus muchachos. Se convierte además en maestro del teatro, música, prestidigitación y funda un movimiento juvenil al que llama "La Sociedad de la Alegría". Es promovido varias veces en el colegio y es sin duda el mejor estudiante.

Formación sacerdotal

Preocupado por sus escasos recursos económicos que le imposibilitaban seguir la formación sacerdotal, Juan decide ingresar a los franciscanos el 18 de abril de 1834. Su decisión cambió radicalmente debido a un sueño en donde veía frailes que lo desaconsejaban de ello. Con la orientación del padre José Cafasso y la ayuda del padre Cinzano, Juan ingresó al Seminario Diocesano de Chieri el 30 de octubre de 1835, tenía 20 años.
En el siglo XIX, la Iglesia Católica europea estuvo fuertemente influenciada por un movimiento espiritual y teológico conocido como el Jansenismo fundado en el siglo XVII por el obispo Cornelio Jansen (1585 - 1638) y que creó un fuerte rigorismo moral basado en una interpretación literal de los textos de Agustín de Hipona. La ascética era la base de su espiritualidad que los alejaba de los sacramentos, especialmente de la Eucaristía mientras promulgaban por un rigorismo moral extremo. Cuando Juan ingresó al Seminario de Chieri, esta posición teológica estaba en su apogeo en el Piamonte y al mismo tiempo era objeto de combate por notables personajes como el padre Cafasso, quien fue confesor de Don Bosco y por parte de los jesuitas, los que lograron que la Iglesia condenara dicha tendencia teológica.
Si bien el joven Juan Bosco sufrió el rigor del jansenismo en su formación sacerdotal en Chieri al someterse él mismo a penitencias extremas, ascetismo, la abstención al deporte y la elección limitada de amigos, la búsqueda diaria de la comunión desaconsejada por dicha corriente (sacrificaba el desayuno por ir a comulgar a la Iglesia de San Felipe) es una muestra de que el joven entendía el problema de la Gracia de manera diferente. Ello quedaría totalmente demostrado al final de su formación cuando entre sus propósitos escoge a San Francisco de Sales como modelo de amabilidad. El Santo Obispo de Annecy, con la teología espiritual salesiana, fue una de las más destacadas respuestas al rigorismo jansenista y sería uno de los pilares fundamentales del apostolado de Don Bosco al punto de darle su nombre a la Congregación que fundaría posteriormente en favor de los jóvenes. Uno de los momentos más destacados de la vida de Juan en el Seminario fue su amistad con Luis Comollo quien murió prematuramente en 1839 y del cual Don Bosco escribiría un recuento de su corta vida.
De esta manera el joven seminarista Bosco de Asti fue ordenado sacerdote el 5 de junio de 1841 por Monseñor Franzoni, arzobispo de Turín, en la capilla privada arzobispal. Celebró su primera Eucaristía en la Iglesia de San Francisco de Asís en Turín, ante el altar del Ángel de la Guardia.

Los sueños de Don Bosco

Varios autores se han dedicado a estudiar los sueños de Don Bosco como Pietro Stella[23] y Michael Mendl,[24] entre muchos otros. En principio, Don Bosco no fue amigo de hacer de ellos un hecho espectacular y, como se verá adelante, sus recuentos tendrán ante todo un objetivo pedagógico.
Al narrar a sus muchachos sus sueños, Don Bosco les decía sólo aquello que era mejor para ellos, ya que esta era la intención de Aquel quien le daba esas misteriosas revelaciones[25]
Dice al respecto Mendl:
Utilizar los sueños para estudiar la psique de Don Bosco tiene sus propios riesgos, como Stella previene.[26] Ciertamento los textos de las Memorias Biográficas fueron redactadas por Lemoyne y otros. Pero incluso los documentos detrás de los textos de las Memorias "reflejan diferentes preocupaciones de Don Bosco: algunas veces los estados de la mente de un hombre que habla a una comunidad de jóvenes; algunas veces el estado de la mente de un hombre que escribe para gente que lo va a leer después.[27] " Sin duda, "la interacción entre de elementos religiosos y éticos en los sueños de Don Bosco tienen que expresar el tipo de fenómenos que suceden en gente de profundas y operativas convicciones cristianas.[28]
Don Bosco recontaba sus sueños a los muchachos siempre con el ánimo de dejar una enseñanza o de prevenir algún tipo de peligro. Con el correr del tiempo él mismo puso varios por escrito. Stella intenta una clasificicación de los sueños de Don Bosco:[29]
  1. Sueños que se referían a la propia persona de Don Bosco y su misión, como el sueño de los nueve años. En este tipo de sueños Don Bosco hizo no pocas premoniciones de muertes y todos ellos tenían que ver con sus muchachos y salesianos tanto aquellos que tenía cerca en Turín, como los sueños misioneros en países extranjeros.
  2. El segundo tipo de sueños según la clasificación de Stella es aquellos que tenían que ver con eventos políticos o religiosos entre los que destaca el "gran funeral en la corte real" de 1854.

Muerte

El 31 de enero de 1888 a las 4:45, murió el apóstol de los jóvenes.[30] Tenía 72 años, 5 meses y 14 días de edad y había dado todo de sí para dejar una obra sólida para sus pobres muchachos. Su cuerpo permaneció en la Basílica de María Auxiliadora y después fue sepultado el 6 de febrero en la casa salesiana de Valsalice, pero sus restos serían posteriormente trasladados a la Basílica en donde permanecen en la actualidad.

Testamento espiritual

Como hombre práctico, Don Bosco dejó su Testamento Espiritual como un mensaje visionario hacia el futuro de los salesianos y sus jóvenes.
Mis queridos y amados hijos en Jesucristo: antes de partir para mi eternidad, debo cumplir con vosotros algunos deberes y satisfacer así un vivo deseo de mi corazón. Ante todo, os agradezco con el más vivo afecto de mi corazón la obediencia que me habéis prestado y cuanto habéis trabajado para sostener y propagar nuestra Congregación (...)[33]
Don Bosco dice que "en lugar de llorar" por su muerte, sus hijos deben hacer firmes propósitos de "permanecer seguros en la vocación hasta la muerte", del trabajo constante, el buen ejemplo para los alumnos y la práctica del sistema preventivo. Es de destacar que Don Bosco no recomienda penitencias y mortificaciones especiales y dice:
Cada uno, en lugar de hacer observaciones sobre lo que hacen los otros, esfuércese en cumplir con el mayor esmero posible las responsabilidades que le han sido confiadas[34]
Por último Don Bosco advierte que "cuando comience entre nosotros el bienestar y las comodidades" la sociedad salesiana "ha terminado su misión"[35] y "no olvidéis que nosotros estamos para los niños pobres y abandonados".

Movimientos juveniles que llevan su nombre

Numerosos movimientos juveniles internacionales de diferentes orígenes tienen espacio de encuentro con Don Bosco, por ejemplo, agrupaciones de pastorales juveniles diocesanas, catequéticas y diferentes agrupaciones deportivas, muchas de las cuales han tenido origen en algún centro salesiano. Don Bosco ha tenido gran afinidad con el Movimiento Scout Mundial de Robert Baden-Powell hasta el punto que en Argentina los salesianos fundaron un movimiento inspirado en el Sistema de Patrullas del general británico unido al Sistema Preventivo conocido como Exploradores de Don Bosco[38] y afiliado a los Scouts de Argentina. Numerosos grupos scouts tienen su sede o son liderados en centros salesianos en todo el mundo que se reunen periódicamente como "Jamboree Scout Salesiano" en varias inspectorías en contacto con las asociaciones scouts nacionales. En chile existen gran cantidad de grupos en el movimiento juvenil salesiano, donde se puede destacar a las comunidades apostolicas salesianas donde hacen un gran labor social haciendo lo mismo que don bosco que nos representa socialmente. Recientemente se han agregado diversos grupos juveniles inspirados siempre en el Sistema Preventivo de Don Bosco. En EL Salvador existe el grupo juvenil salesiano Iglesia Joven, el cual en el 2010 cumple 25 años de fundacion por el Padre Corò. En Panamá existe en la Basílica Menor Don Bosco desde hace 40 años, el GJDB (Grupo Juvenil Don Bosco).

Domingo Savio

Z domingo savio.jpgDoménico Savio:  Fue un alumno de San Juan Bosco, en el Oratorio de San Francisco de Sales, que se propuso ser santo y murió tres semanas antes de cumplir los 15 años de edad, siendo el santo no mártir más

Santo Domingo Saviojoven de la Iglesia Católica.

Biografia: Domingo Savio - "Mínot" para sus padres, que significa Dominguito- nació en San Giovanni da Riva, cerca de Chieri; pero cuando tenía sólo unos veinte meses, sus padres —Carlino Savio y Brígida Gaiato— se trasladaron a Murialdo, donde nacieron sus hermanos. En 1847, su madre lo lleva a la Iglesia, cuyo párroco era Don Juan Zucca. Aprende a ayudar en misa, llegando a ser un monaguillo ideal, que hasta incluso Don Zucca cuando le pedía el Misal hacía bromas de su estatura y reían juntos.
En febrero de 1849, toda la familia se traslada a Mondonio. Domingo tiene siete años y una preparación y madurez poco común para su edad. El 8 de abril de 1849, Domingo recibe su primera comunión en la Parroquia de Castelnuovo de Asti. Arrodillado al pie del altar, con las manos juntas, pronunció los propósitos que venía preparando desde hace tiempo:
Propósitos que yo, Domingo Savio, hice el año de 1849, a los siete años de edad, el día de mi primera comunión:
  1. Me confesaré muy a menudo y recibiré la sagrada comunión siempre que el confesor me lo permita.
  2. Quiero santificar los días de fiesta.
  3. Mis amigos serán Jesús y María.
  4. Antes morir que pecar.
  5. Estar siempre alegre.
En 1854 (a los once años de edad) entra a formar parte del oratorio de Don Bosco. Sería un alumno fuera de lo común y expresará sus deseos de convertirse en sacerdote. Seis meses luego de ingresado al Oratorio, tras un sermón del Padre Bosco acerca de la austeridad y el sacrificio, donde remarcaba que cuando uno se siente oprimido por alguna calamidad o molestia del cuerpo, hay que ofrecérselo a la Virgen. Éste sería el medio más adecuado para llegar a la más alta perfección. En ese momento el niño Domingo se propuso convertirse en santo.
Domingo comenzó a realizar austeridades de todo tipo, como consumir sólo la mitad de su ración de comida, dormir menos tiempo y rezar más. Sentía gran devoción por la Virgen María, llegando a permanecer más de cinco horas diarias rezando.
Una noche de invierno, Don Bosco encontró a Domingo temblando de frío en la cama, sin más cobertor que una sábana.
—¿Te has vuelto loco? ¡Vas a coger una pulmonía!
—No lo creo —respondió Domingo—. Nuestro Señor no cogió ninguna pulmonía en el establo de Belén.
Desde entonces Don Bosco le prohibió formalmente hacer ninguna penitencia sin su permiso. Domingo quedó triste. El Padre le insistió que la penitencia que Dios quiere es la obediencia a los superiores.

Muerte: Tal como había predicho Don Bosco, la salud de Domingo empezó a empeorar. En febrero de 1857 tuvo fuertísimos accesos de tos que le obligaron a guardar cama durante semanas. El domingo 1 de marzo fue enviado de vuelta a la casa de sus padres, en Mondonio. Un médico diagnosticó que padecía de algún tipo de inflamación en los pulmones y decidió sangrarlo, según se acostumbraba en aquella época. Domingo siguió empeorando.
Los primeros días de marzo de 1857, Domingo recibió los últimos sacramentos. Al anochecer del lunes 9 de marzo rogó a su padre que recitara las oraciones por los agonizantes.
A las diez de la noche trató de incorporarse y murmuró: «Adiós, papá. El Padre me dijo una cosa, pero no puedo recordarla». Súbitamente su rostro se transfiguró con una sonrisa de gozo, y exclamó: «¡Estoy viendo cosas maravillosas!». Esas fueron sus últimas palabras.
Fue sepultado el miércoles 11 de marzo de 1857. Sus restos permanecieron en la capilla del cementerio de Mondonio.
En 1914 el obispo de Turín ordenó que los restos fueran trasladados a Turín. Los campesinos de Mondonio se negaron a perder a su santo, y empezaron a turnarse día y noche para evitar el traslado.
En octubre de 1914, la Iglesia pidió a las autoridades civiles de Mondonio que intervinieran. Los huesos de Savio fueron trasladados a la Basílica de María Auxiliadora, en Turín.


Santidad: El 12 de junio de 1954 el papa Pío XII lo canonizó. Su fiesta se celebra el [6 de mayo]. Con motivo del 50.º aniversario de su canonización, durante el 2005, las reliquias de santo Domingo Savio hicieron un viaje regional salesiano: Italia, Libia, Siria y España.
La urna con las reliquias del Santo cuenta con una reproducción del cuerpo de Domingo en la postura en que murió y debajo de la imagen se encuentran sus restos mortales.

sábado, 22 de enero de 2011

Laura Vicuña

Nació el 5 de abril de 1891 en Santiago. Fue la primera hija del matrimonio de José Domingo Vicuña y Mercedes Pino.
Fue bautizada en la Parroquia Santa Ana en Santiago, en la misma pila bautismal donde pocos años más tarde recibiría similar sacramento Juanita Fernández Solar, Santa Teresa de Los Andes.
Su padre era militar y pertenecía a una familia de la alta sociedad chilena; su madre, en cambio, venía de un estrato social más bajo, por lo cual no fue del pleno agrado de la familia de su esposo.
A finales del siglo XIX, Chile se encontraba en una Guerra Civil y de Sucesión. En uno de los bandos en disputa se ubicaba Claudio Vicuña, un pariente lejano de José Domingo, quien se postulaba a ser sucesor del presidente José Manuel Balmaceda. Sin embargo, Vicuña no pudo acceder al cargo y comenzó una persecución contra toda su familia, obligándolos a escapar fuera del país. Luego del nacimiento de la segunda hija del matrimonio, Julia Amanda, José Domingo murió, dejando a su esposa y a sus hijas sin fondos, sin un futuro claro u horizontes que pudiesen seguir, además del riesgo que implicaba llevar el apellido Vicuña. Como una medida desesperada, deciden ir a Argentina para ocultarse durante un tiempo, mientras terminaban los conflictos en Chile.

Sus primeros años en Argentina

Mercedes y sus hijas se establecieron en las proximidades de Neuquén, Argentina. Al principio, buscó algún trabajo para poder costear los estudios de sus hijas, llegando a la estancia de Quilquihué. El dueño de esa finca era Manuel Mora. Éste no tardaría en acosar a la madre de Laura, presionándola para que la atendiera como una esposa, pero sin mediar un compromiso formal entre ambos. A cambio de ello, él costearía los estudios de sus hijas, y ellas permanecerían en la estancia.
Es así como Laura ingresa al colegio "Las Hijas de María Auxiliadora", que pertenece a la Congregación Salesiana, donde fue instruida tanto en lo cultural como en lo cristiano. De esta forma es como Laura, con el ejemplo de su padre y de las religiosas que la educaban, fue descubriendo a Dios.

Vocación cristiana

Laura realizó su primera comunión el 2 de junio de 1901, y allí es donde manifiesta su vocación de amor a Dios y expresa sus infinitas ganas de servirle hasta, incluso, entregar su vida antes que pecar.
Debido a su profunda conexión con Dios, muchas compañeras pensaban que Laura se creía superior a ellas ya que se pasaba recreos completos rezando en la capilla del colegio. A pesar de su corta edad, ya poseía una gran madurez en la vida, lo cual le permitió conocer los problemas de su madre y notar cuán alejada estaba de Dios.
Esto la motivó a rezar todos los días por su conversión y para que Dios la ayudara a dejar a Manuel Mora. Mercedes Vera (o también Merceditas), fue su mejor amiga en los años de estudio, quien la acompañó, no sólo en los estudios, sino que también en lo espiritual; es con ella con quien comparte los deseos que tiene en su corazón, y junto a ella se hicieron hijas de María para asemejarse en las virtudes de la madre de Jesús.

Problemas en casa

Durante una de sus vacaciones escolares, Laura sufrió dos violentos ataques por parte de Manuel, quien buscaba doblegar su voluntad. Como no logró su objetivo, Manuel se negó a seguir costeando los gastos de los estudios de las niñas. Sin embargo, el colegio solucionó el problema permitiendo que Laura siguiera estudiando gratis. A pesar de esto, Laura pensaba que la situación de su madre no había mejorado, sintiendo que no había hecho nada por ayudarla.

La decisión

Un día, y recordando la frase de Jesús: "No hay muestra de amor más grande que dar la vida por sus amigos", Laura opta por entregar su vida a cambio de la salvación de su madre. Este ruego fue escuchado y a los pocos meses cayó enferma, empeorando su salud conforme avanzaba la enfermedad. En una visita de su madre, Mora la agredió dejándola herida en su cama.
Antes de morir, Laura le pide a su madre:
Muero, yo misma se lo pedí a Jesús, hace dos años que ofrecí mi vida por ti, para pedir la gracia de tu conversión, Mamá, antes de morir ¿tendré la dicha de verte arrepentida?
Doña Mercedes, con los ojos empapados por el llanto, le responde diciendo:
Te juro, que haré lo que me pides, ¡Dios es testigo de mi promesa!
Finalmente, Laura, sonríe y dice a su madre:
¡Gracias, Jesús!, ¡Gracias, María!, ¡Adiós, Mamá!, ¡Ahora muero contenta!"
Así, el 22 de enero de 1904, murió Laura Vicuña Pino, quien entregó su vida para la conversión de su madre.

martes, 30 de noviembre de 2010

ADVIENTO

Nombre. ‘Adviento’ significa “arribo”, “venida” (del latín adventus).  En nuestro caso: venida del Señor.  La esperanza de los creyentes es el tema del tiempo litúrgico del Adviento.  Y es la virtud que estamos llamados a renovar al inicio de este nuevo año litúrgico.
  En el tiempo de adviento nos preparamos a celebrar la primera venida de Jesús, en el misterio su encarnación, y nos preparamos para su venida gloriosa.

El pueblo de Israel es un gran maestro de la esperanza.  En él se refleja de forma eminente toda la esperanza de la humanidad.  La Iglesia recuerda la trayectoria mesiánica de este pueblo, para sostener el itinerario de su propia peregrinación por la historia.

El adviento celebra ante todo la dimensión histórico-sacramental de la salvación.  El Dios del Adviento es el Dios de la historia, el Dios que “tuvo que asemejarse en todo a sus hermanos” (Heb 2,17) y  “se hizo carne” (Jn 1,14), “por nosotros y por nuestra salvación” en la persona de Jesús de Nazaret, en el cual nos revela su rostro de Padre (cf. Jn 14,9).

La dimensión histórica de la revelación [“Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros” Jn 1,14] recuerda hasta qué punto es concreta la salvación del ser humano, de todo ser humano, de toda persona y de todas las personas; aquí se revela el nexo intrínseco entre evangelización y promoción humana: ‘y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre’. De ahí que la celebración de la Navidad de Cristo es ¡la celebración de la dignidad humana!

Los protagonistas

Tres personajes protagonizan la esperanza de la humanidad, de Israel y de la Iglesia: a) Isaías, el profeta más monumental y rico de textos mesiánicos.  La ilimitada certeza de su fe en el hecho de que Dios nos hará un DON, un regalo: su Mesías y su salvación.  De esa esperanza han nacido palabras sublimes que todavía hoy son la interpretación más alta del anhelo de toda persona hacia Dios.  b) La segunda figura central: Juan, el Bautista, el Precursor.  Sus textos, como trompetas de un evangelio de liberación individual y social, son la fuente de la celebración de estos días.  c) La tercera figura central: María santísima.

Así escribe el Papa Pablo VI: “Los fieles que viven con la liturgia el espíritu del Adviento, considerando el inefable amor con el cual la Virgen esperó al Hijo, son invitados a contemplar a María, a imitarla como modelo, y a prepararse para ir al encuentro del Salvador que viene, ‘vigilantes en la oración, exultantes en la alabanza’ (Pablo VI, Marialis cultus 4).

La Iglesia celebra esa ininterrumpida venida del Reino de Dios al mundo.  Las tres venidas de Cristo:  Ante todo, la venida histórica del Señor al mundo, en el vientre de la Virgen Madre, en Belén.  Luego, la venida sacramental a nuestra comunidad cristiana, aquí y ahora, donde somos llamados a convertirnos y a hacer visible su presencia humanizadora y benéfica.  Y la grande y última venida: su manifestación gloriosa al final de los tiempos.

Durante este tiempo se intensifican actitudes fundamentales de la vida cristiana: la espera atenta y activa, la vigilancia, la fidelidad en el trabajo misionero, la sensibilidad para descubrir y discernir los signos de los tiempos, como manifestaciones del Dios Salvador que “está viniendo en cada persona y en cada acontecimiento, para que lo recibamos en la fe, y por el amor demos testimonio gozoso de la espera dichosa de su Reino” (cf. Prefacio III de Adviento).

A lo largo de estas semanas somos invitados a esforzarnos en dar cumplimiento eficaz a las promesas mesiánicas: “De las espadas forjarán arados, de las lanzas podaderas.  No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra” (Is 2,4).

A nosotros nos toca ponernos a darle cumplimiento a esta profecía.  Y ya ha comenzado; pues ahí donde las personas se ponen en camino hacia ‘el monte de la Casa del Señor’ (Is 2,2-3) se vuelven más humanos.  ¡Sólo desde Dios y con Dios nos humanizamos!  Sólo desde Dios y con Dios podremos hacer de las ametralladoras hazadones.  Sólo desde Dios y con Dios no alzaremos ni siquiera la voz contra nuestro prójimo.